martes, 18 de diciembre de 2012

Autoestima y respeto en las relaciones afectivas.

Autoestima y respeto en las relaciones afectivas.

La base de las relaciones es el justo amor propio. Los seres humanos tienen derecho de ser felices, de desplegar de manera libre y responsable sus capacidades para vivir plenamente. Esto es autestima. REconocer lo que somos y lo que valemos es parte del crecimiento personal. No es posible conviovir ni respetar ni amar a los otros si uno no se ama a sí mismo. Guardando la proporción, una persona que no reconoce su propio valor acabará por negar la valía de los otros.
Es cierto que el compromiso es un componente de la amistad auténtica, pero no debe llegar al sacrificio; no debe negar nuestro propio valor. La reprocidad es necesaria para que existiera amistad.
En la amistad, como en todas  las relaciones afectivas debe además existir el respeto. Una buena autoestima permite desarrollar relaciones sanas, en las cuales el respeto es pieza fundamental. Cualquier relación donde se pierde el respeto es perjudicial para las personas.
Autoestima, reciprocidad y respeto son las claves del compañerismo, de la amistad y, en general, de cualquier relación afectiva.



viernes, 14 de diciembre de 2012

Amistad y Compañerismo

Significado de las relaciones de amistad y compareñismo en la adolescencia.

A los doce o trece años hay dos relaciones que toman especial fuerza: el compañerismo y la amistad.
El compañerismo es la relación que se entabla con otras personas por motivos de estudio o trabajo; se basa en compartir un espacio y unas tareas. Es absolutamente necesario para el funcionamiento de la vida social. 
El compañerismo es una de las relaciones básicas de nuestra vida. 
La relación entre compañeros es profesionasl, es decir, basada en la "profesión" o, mejor aún, en el oficio o quehacer. Es una relación limitada o restringida a una parte de nuestra vida. 
Lo esencial en el compañerismo es el respeto de las reglas del espacio compartido. 
El compañerismo implica un grado de confianza, pero no hay intimidad. Se comparten cosas masomenos externas. 
Es frecuente que del compañerismo surja una relación más profunda y duradera, que és la  amistad. Es una relación recíproca en que cada amigo quiere el bien para el otro. Solo hay amistad cuando ambas partes dan y reciben.
El filósofo griego Aristóteles observó que existen relaciones en las que a pesar de que una persona ama a otra, no son relaciones de amistad porque la segunda no le corresponde. El filósofo dice que ésatas son relaciones de benevolencia. Esta es una relación unilateral, donde uno da y otro recibe.
Las relaciones de benevolencia no son malas o buenas. Cuando cooperamos con quienes han sufrido una catástrofe natural y ayudamos sin esperar agradecimiento ni reciprocidad, estamos viviendo una benevolencia positiva.
La amistad no es una relación de benevolencia, sino una relación donde ambas partes se quieren. Aristóteles se dió cuenta de que la verdadera amistad se debe querer el bien del otro. No es simple compañerismo, en el que se comparte el salón de clases o los apuntes o un rato agradable en una fiesta. Esto no se puede llamar amistad. En el mejor de los casos, es una forma muy imperfecta de amistad, porque sólo se comparte algo puramente externo.
Los amigos nos acompañan en las buenas y en las malas.
La amistad, como ves, va más allá del compañerismo. Se trata de una relación íntima, pero no necesariamente de una relación sexual.